lunes, 6 de abril de 2015

De viernes a domingo...

El viernes santo fue día de familia con mis padres y hermanos que vinieron a casa. Mi hermano menor fue el chef: pescado al horno, arroz con mariscos y ensalada. Todo muy rico. Fue un día tranquilo. Y pude tomar vino :)



También compré unas lindas flores para mi sala...


 

 

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Cómo ya comenté anteriormente, el otoño llegó por este lado del continente.
Pero aún quedan (o quedaban) días de sol.
El sábado estuvo bastante agradable, no solo por el clima, sino porque no hubo esa avalancha de turistas que una espera encontrar en un fin de semana largo. Mientras mis hijos estaban en su práctica de fútbol, aproveche de cruzar la calle y sentarme en la playa con un libro y respirar aire fresco y sentir algo de calor. 
Mi hija llegó media hora después junto a mi marido y aprovechó de mojarse los pies en el agua. Valiente ella, porque el agua de mar por estos lados es heladísima. 
 

Luego se sumó mi hijo y un amigo y nos fuimos de merienda y compras .

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El domingo fue un día de estar en casa y dado que me había salido de la dieta (entre helado, pie de limón, galletas de chocolate y varias tazas de café) volví a la realidad y me limité a cocinar algo dentro de lo permitido.
Nuestro almuerzo dominguero fue salmón al wok, con cebollín y arroz. Ensalada de porotos verdes (judías) con alcachofa. 









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Hoy lunes amaneció bastante frío y aunque no he dejado de usar ropa delgada, hoy en la oficina todas dejamos las sandalias en casa y optamos por usar botines... lo que no deja de causarnos un dejo de tristeza...







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